Capítulo V - Evacuaciones de niños al extranjero durante la guerra. Bélgica
Fecha: 29 Dic 2016
La llegada de niños
españoles a Bélgica fue precedida de una intensa campaña por parte de los
partidos y organizaciones de la izquierda belga, en especial del Partido
Socialista Belga (POB-BWP) a través de las Femmes Prévoyantes Socialistes. El
POB con el apoyo del Partido Comunista y de otras organizaciones políticas y
sociales creó, a finales de 1936, el Comité National pour l' Hébergement des
Enfants Espagnols en Belgique (CNHEEB) en la Casa del Pueblo de Bruselas, con
objeto de preparar las evacuaciones de la población infantil.
La mayoría de los
niños llegaron a Bélgica después de pasar un tiempo en distintas colonias de
Francia. Las expediciones masivas guardaron relación directa con los éxodos
provocados por el avance de las tropas franquistas, así entre marzo y
septiembre de 1937 (caída del Frente Norte) y enero-febrero de 1939 (caída del
Frente Catalán). Entre medias, pequeñas expediciones, la primera de las cuales
condujo a 25 niños a Bélgica el 2 de diciembre de 1936. Se estima que fueron
acogidos en este país un total de unos 5.000.
Una vez en Bélgica
gran parte de estos niños (unos 2.500) fueron confiados al CNHEEB, que los
trasladaba a diferentes colonias socialistas situadas en la costa, como el
hogar Emile Vandervelde en Oostduinkerke o el hogar Lys Rouge en Heist sur Mer.
Aquí los pequeños se reponían durante unas semanas antes de ser entregados a
las familias de adopción.
La población belga
en general respondió a las solicitudes de apadrinamiento de los niños españoles
y fue, junto con los comités, los que contribuyeron a costear la estancia de
aquéllos en Bélgica. Hubo varios tipos de apadrinamiento: por tiempo limitado,
por un periodo ilimitado, en ambos casos mediante la adopción, o bien
contribuyendo de forma total o parcial al mantenimiento de los niños que
permanecieron en las colonias. La mayoría de las solicitudes de adopción lo
fueron por el tiempo que durase la guerra o ilimitado.
Casi todos los niños
que llegaron a Bélgica en abril y mayo de 1937 fueron acogidos por el POB-BWP y
repartidos en adopción entre familias socialistas, pero hubo también otras
instituciones que se ocuparon de la acogida. En este sentido, varias
organizaciones y familias católicas atendieron la llamada que hizo el Cardenal
Van Roey, Arzobispo de Malinas, para apadrinar a niños vascos. Fueron unos
1.200 los acogidos por sectores católicos de la sociedad belga. Además, otros
organismos acogieron en torno a 1.000 niños como la Cruz Roja Belga, la sección
belga del Office Internationale pour l' Enfance, Socorro Rojo Internacional, el
Grupo Español para la Defensa de la República o, en el caso de los niños
vascos, el Departamento de Asistencia Social del Gobierno de Euzkadi que
colaboró con la organización del Home Belgo-Basque de Marchin-lez-Huy (Lieja).
Casi todos los niños
acogidos por organizaciones o familias católicas fueron repatriados tras la
caída del Frente Norte. El resto empezó a ser repatriado a partir de abril de
1939. Los socialistas no quisieron tener contacto con las autoridades franquistas
por lo que colaboraron en el reagrupamiento de los niños, pero no en su
repatriación además, tras la expedición de 5 de diciembre de 1939, el CNHEEB se
desentendió de aquélla, que fue asumida por la Cruz Roja y por una Comisión
neutral para la repatriación de los niños de España creada por el Gobierno
belga.
De los cerca de
5.000 niños acogidos en Bélgica durante la guerra civil española permanecieron
en este país unos 1.300, en régimen de adopción.