Nacido el 15 de octubre de 1869 en Madrid en el seno de una familia trabajadora, a los siete años ya era aprendiz para recorrer durante su adolescencia los más diversos oficios, como encuadernador, cordelero o estuquista. En 1890 se afilió a la sociedad de Albañiles de Madrid ingresando tres años más tarde en la Agrupación Socialista Madrileña. Fue también un verdadero impulsor de las organizaciones obreras de la época, siendo presidente de la Cooperativa Socialista Madrileña, de la Mutualidad Obrera y de la Fundación Cesáreo del Cerro.
Desde 1902 Largo Caballero desempeña los más altos cargos en la dirección del sindicato y en el partido socialista, siendo secretario General de la Unión General de Trabajadores desde 1918 a 1938 y presidente del Partido Socialista Obrero Español de 1932 a 1935. En 1905 fue elegido concejal del Ayuntamiento de Madrid, formó parte del Consejo de Estado durante la dictadura de Primo de Rivera y fue elegido diputado en las listas socialistas en cuatro legislaturas. Con la instauración de la II República en 1931 pasa a ser Ministro de Trabajo promulgando durante los dos años que está en el ministerio la legislación social más progresista que ha tenido nuestro país. Como representante de la clase trabajadora española asistió a la Conferencia de Berna y al Congreso de Amsterdam en 1919, donde se constituyó la Federación Sindical Internacional, después, participó en todos sus Congresos.
También participó ese año en la conferencia de Washington donde se constituyó la Oficina Internacional del Trabajo, asistiendo, después, a todas sus conferencias internacionales hasta 1933; las dos últimas como Ministro de Trabajo. Por ese motivo colaboró activamente, en toda la Legislación Social Internacional que se promulgó en esos años. Largo Caballero se hace cargo de la presidencia del Consejo de Ministros y del Ministerio de la Guerra en plena guerra civil, en 1936, hasta su exilio en Francia en enero de 1939, donde la policía francesa le entrega a las SS y es internado en el campo de concentración de Orianenburg. En abril de 1945 es liberado por las tropas rusas regresando a Francia donde reside hasta su muerte en París el 23 de marzo de 1946. Sus restos fueron trasladados a España el 8 de abril de 1978.